
Todos los días hacemos muchas cosas, de todo tipo y de todas las complejidades, por eso, si sientes que necesitas clonarte para poder realizar todas las actividades, necesitas parar un poco y reorganizarte.
Ya sea que lleves agenda u otro medio para anotar tus pendientes, siempre es básico irnos por prioridades, para ello, hay que anotar todo lo que harás no solo en un día, sino al menos en la semana, ya que hay cosas que van relacionadas. Así que teniendo el listado de todo, ya ves el panorama de lo que te espera.
Puedes hacer 3 columnas, en una pon los pendientes laborales, en otra los pendientes personales y en la última los de familiares/amistades.
1. Pendientes laborales
Aquí es el punto que más suele interesarnos, ya que es en esta área en donde más se nos juntan pendientes, así que teniendo bien clara cómo será tu semana, ya solo vas avanzando. Bueno, decíamos que anotes todas tus actividades, muy bien, ahora léelas y ve asignando prioridad, cuáles son urgentes, cuáles no y cuáles de plano puedes delegar (en caso que te sea posible, si no, agrégalas a las no urgentes). Cuando veas qué es urgente, asígnales horario, por ejemplo si por la mañana nadie te busca o pregunta algo, es un buen momento para ponerte a darle con todo, puesto que no tendrás interrupciones. Asigna tiempos, dependiendo de la complejidad de lo que tienes que hacer ponle tiempo, 15 minutos, 30 minutos, 1 hora, 3 horas, tú mejor que nadie sabe cuánto te tardas por lo general, así que maneja tiempos realistas.
Dale primero a lo urgente y después haz cosas no tan urgentes, pero que sí hay que sacar para no irlas arrastrando por la semana. Ya que vayas realizando cada cosa, ponle una palomita o algo que muestre que ya fue hecho, eso te da una señal de que vas avanzando y sientes que ya falta menos.
En caso de que algo que es urgente requiera a otra persona para hacerla, trata de reunirte con esa persona, con los puntos ya bien definidos de lo que van a ver y hacer y pongan tiempos también. Tal cosa debe quedar lista para mañana a las 10 am, por ejemplo, así ya no hay excusa de que se te fue el tiempo.
Y lo más importante, cumple con tus tiempos y horarios establecidos, no te hagas harakiri y mejor mentalízate para avanzar y limpiar tu agenda de cosas por hacer.
2. Pendientes personales
Este punto no lo tomamos en serio o mejor dicho, lo ponemos en un segundo o tercer plano, lo cual es un grave error pues es un punto muy valioso y te diré por qué.
Es normal que hagamos todo de todo, pero no pensemos en un momento para nosotros mismos, no interfiere nadie, ni la pareja ni el amigo, ni la mascota, es tu momento contigo y no lo planeas en tu agenda, ¿verdad?
Este momento tan personal es vital, es volver a tí, es estar contigo, es analizarte, es ver por ti, es cuidarte.
Puedes ponerlo en tu agenda dividido en 3 partes. Por la mañana, al despertar y antes de levantarte de la cama, darte unos 10 minutos para respirar profundo, darte cuenta cómo te sientes, si descansaste, y sobre todo agradecer, de que estás abriendo los ojos a un nuevo día, de que dormiste en una cama cómoda, que estuviste calientitx, que tienes un techo, que te bañarás con agua caliente, que tienes un trabajo al cual ir, y así muchas cosas más que puedes agradecer. Date esos 10 minutos en la mañana y platica contigo de cómo quieres que sea tu día. Di, hoy me la pasaré muy bien y seré muy productivx. Sonríe al espejo cuando te veas. Quiérete mucho.
El segundo momento ponlo a media tarde. Este no necesita ser de 10 minutos, pero sí date al menos 45 segundos de desconecte, respira profundo 3 veces, pausadamente, piensa solo en tu respiración y siente el aire entrando por tu nariz, llenando tus pulmones, luego saca ese aire despacio y al mismo tiempo deja ir lo que te estresa, respira paz y exhala lo que te acongoje.
El tercer momento que sea por la noche, ya que te acuestes, cierra los ojos, toma una posición cómoda en la cama, relájate, respira y observa todo lo que te pasó en el día, no revivas emociones, solo observa todo lo bueno y malo que pasó y déjalo ir. Ya no importa más pues el día ha terminado y mañana será uno nuevo y diferente. Una vez que hagas eso, checa como te sientes, cansadx, estresadx, satisfechx, feliz, no importa cómo, solo reconoce esa emoción y déjala ir. Por último, agradece que tienes una casa a la cual volver, comiste algo rico, platicaste con alguien que te cae muy bien, lo que sea que desees agradecer está bien.
Haz esto todos los días y verás como cambia tu vida para bien.
3. Pendientes familiares/amistades
¿Cuántas veces te han dicho?: «Ya ni te vemos, eres puro trabajo»
Y lo peor es que es cierto, nos volvemos workaholics y salimos tan cansadxs que solo queremos ir derecho a la cama, a veces ni cenamos. Pues esto también tiene que cambiar y es una necesidad incluir en nuestra agenda el ver a nuestros familiares y amistades, ya que son ellos nuestro círculo de apoyo principal y si no les cuidamos, se enfrían las cosas.
El trabajo siempre va a estar ahí y si no lo haces tú lo hará alguien más, así que, haz muy bien tu trabajo, pero también date un tiempo para convivir con tus seres queridos.
Algo tan sencillo como los jueves o viernes veo a mis amigxs, ya sea en una casa o en un lugar y los domingos voy a comer con mis papás. Obvio en los días y horas que mejor te queden, pero ponlo en tus cosas por hacer. Y no solo por tener que hacerlas sino porque en verdad disfrutas de su compañía. Haciendo esto de vez en cuando, es válido que un día no quieras salir de casa y te quedes viendo Netflix a gusto y eso está perfecto. Lo malo sería si solo quieres hacer eso todo el tiempo.
Así que ya sabes, organiza tu agenda y haz todo esto y más, la vida solo es una y hay que vivirla bonito, no solo trabajando sino disfrutando de todo lo que tiene. Y por último te digo, si no te rinde el tiempo es que algo estás haciendo mal, así que vuelve a revisar tus actividades y organízate mejor.
Sí se puede.