
Dilema de la vida real, ¿cierto? Mucha de la cultura de lxs mexicanxs ha girado en torno a buscar trabajo, en vez de generar empleos. Esto, aunque ha ido cambiando con las nuevas generaciones, sigue siendo un tema que nos aflige, ya que lo primero implica tener la certeza de un ingreso, mientras que lo segundo implica muchas incertidumbres.
Ambas partes tienen su lado positivo, son necesarias para el funcionamiento de la economía y de la sociedad, pero en este artículo nos referiremos al tema de emprender.
¿Cuántas veces has pensado en poner tu propio negocio? De seguro han pasado por tu mente un montón de ideas de posibles emprendimientos, y así como llegan, se van, ya que algunas son complicadas, otras requieren mucho capital o tienen ciertas implicaciones que hacen que nos tome más tiempo echarlo a andar. En fin, hay muchas variables, pero eso no debe ser impedimento para lanzarte a hacer eso que siempre has soñado.
Ahora bien, ¿cómo puedes iniciar eso que quieres? Hay varias cosas a considerar: viendo los pros y los contras, haciendo un listado de qué necesitas para poder realizarlo, cómo está el mercado, qué costos implica, cómo lo venderías, cuánto capital se requiere, cuántas personas necesitas en tu equipo, requieres socixs, qué tanto conoces del tema y otros puntos más.
Es importante verlo como algo profesional, un negocio es digno de dedicarle tiempo para planearlo y aunque muchas personas lo hacen muy espontáneo, suelen tener poco éxito al poco tiempo, y eso está registrado estadísticamente. En México, por cada 100 empresas mexicanas creadas, 64 mueren al finalizar el primer año y la cifra asciende a 75% para el segundo año. Por eso la importancia de hacerlo de la mejor manera. Aunque eso también tiene que ver con la poca cultura financiera que tenemos.
Una vez que te decides, inicia un camino lleno de mucho aprendizaje, satisfacciones y crecimiento personal y profesional. La realización y experiencia que adquieres es muy valiosa y sin duda, tener un negocio y ser responsable de él te llena de muchas vivencias que no cambias por nada.
Emprende si quieres hacer un cambio, aportar, mejorar algo que puedes ofrecer. No emprendas solo por dinero. Ese viene como resultado del gran trabajo y calidad en lo que haces. Emprende desde el amor, ya que los primeros meses no hay mucho dinero de por medio y te sentirás muy frustradx si no ves los ingresos que deseas. No emprendas cuando tengas una necesidad económica porque tendrás momentos de mucho reto. Emprende si tienes ahorros o algún capital que te permita subsistir los primeros meses. Por eso hacemos énfasis en que hagas las cosas bien, con un plan de negocios, para que tengas claro cómo será el camino.
Anímate a emprender, investiga bien cómo está el mercado antes de iniciar y rodéate de gente con tu visión para que sea más fácil avanzar hacia esa meta.